publicado en: Devocionales | 0

“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe”. 1 Juan 5:4

Es verdad que nadie es perfecto. Pero también es verdad, que muchos de nosotros sí podríamos ser mejores de lo que hoy somos. Ahora, una de las razones por la que no somos mejores, es por ignorancia. Porque no hemos realmente entendido, que todo aquel que es nacido de Dios, o tiene fe en Dios, puede vencer al mundo. John Lennox (conocido erudito y profesor en la Universidad de Oxford) cuenta la historia de su encuentro con un hombre que fue torturado y encarcelado por enseñar la Biblia a los niños en Rusia. Lennox dice que este hombre vio y vivió cosas que ninguna persona debería experimentar jamás. Al final de esa conversación, el hombre miró a Lennox y le dijo: “tú nunca hubieses podido aguantar algo así, ¿verdad?” Con vergüenza y timidez Lennox le contestó que no. Después de escuchar esto, el hombre lo miro otra vez a Lennox y le dijo: “Yo tampoco. Yo era un hombre que se desmaya cuando veía sangre, pero lo que descubrí en ese campo de concentración es que Dios no nos ayuda [y capacita para] enfrentar situaciones teóricas, sino verdaderas. Como tú, yo nunca pude imaginar que podía aguantar algo así. Pero una vez allí, lo hice.”

Esto es verdad, la mayoría de nosotros no sabemos que sí podemos enfrentar el dolor, la prueba, o la tentación gracias a que Dios nos ha capacitado para hacerlo. Pero el versículo de hoy nos recuerda exactamente eso. Podemos vencer, no porque somos fuertes en nosotros mismos, sino porque Dios ya ha vencido al mundo. Y la fe que tenemos en ese Dios, nos capacita a nosotros para soportar todo lo que el mundo nos haga. Ya no tenemos que ser derrotados por el mundo, hoy podemos ser mejores.

Recuerda, la fe que el cristiano tiene en Dios, es también su victoria.