“Si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.” Mateo 6:15
Corrie ten Boom es una mujer conocida por haber dado refugio a los perseguidos del régimen nazi durante la segunda guerra mundial. Corrie cuenta la historia de cómo un día (años después de la guerra) al terminar una conferencia se le presentó un ex soldado nazi que ella recordaba muy bien por ser cruel y abusivo. Este hombre le dijo que la Biblia decía que hay perdón para todos, y que por mucho tiempo le había pedido a Dios que le dé la oportunidad de encontrar a una de sus víctimas para que lo perdonara. Corrie dice que en ese momento sintió que no podía hacerlo, y tampoco quería. Sin embargo, recordó también que en los cristianos el amor de Dios es más fuerte que su odio y la falta de perdón. Entonces decidió perdonar. “En ese momento,” dice ella, “me liberé lo perdoné, y sentí el amor de Dios fluyendo por mi brazo [al estrecharlo para darle la mano]. Nunca había sentido el océano de amor de Dios, hasta que perdoné a mis enemigos.”
El versículo de hoy nos dice que, si no perdonamos Dios tampoco nos perdonará. Esto NO quiere decir que el perdón de Dios está supeditado, maniatado, o dependiente de nuestro perdón hacia otros, no. Es lo opuesto, quiere decir que como cristianos podemos y debemos perdonar, gracias a que entendemos que nosotros también hemos sido perdonados. ¿Tienes alguien a quien perdonar? No le niegues el perdón que tú dices tener, y que a ti nunca tampoco te fue negado por parte de Dios.