Venciendo al pecado sin ser Fariseo

publicado en: Devocionales | 0

“Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado”. (Romanos 6.6)
¿Cómo vencer al pecado? Para los psicólogos es fácil, muchos de ellos nos dicen que el pecado no existe. El legalista por su lado nos dice que tenemos que dejar de hacer esto o el otro. Pero ¿Qué dice Pablo en cuanto a este asunto en el versículo de arriba? La gente generalmente cree que Pablo estaba hablando de cualquiera de las siguientes 4 cosas. 1) Exterminación, algunos creen que Pablo estaba enseñando que toda parte pecaminosa en mí ha sido exterminada de mi vida. Pero eso no es verdad, porque todos seguimos pecando. 2) Supresión, otros dicen que Pablo estaba diciendo que tenemos el poder para controlar a la naturaleza pecaminosa, pero esto tampoco es verdad ya que todos sedemos a tentaciones todos los días. 3) Auto-crucifixión, algunos creen que Pablo estaba diciendo que la naturaleza pecaminosa esta crucificada, pero pelea enérgicamente por salirse de la cruz, pensar así fomenta el miedo y la inseguridad. 4) Auto-justificación, finalmente otros dicen que Pablo estaba diciendo que como el pecado ya no mora en mí, el pecado debe venir de satanás, él debe ser el culpable de todo. Pero esto tampoco es verdad obviamente. Entonces si es que no es exterminación, supresión, auto-crucifixión, o auto-justificación ¿Qué es lo que esta enseñando Pablo en cuanto al pecado? Pablo está enseñando incapacitación. Es decir, Pablo nos enseña que en la cruz, no es el pecado, sino, el poder y la autoridad del pecado lo que fue incapacitado. Así que, el pecado todavía existe en mí, es real, y todavía trata de hacerme caer, pero ya no tengo que obedecerle, ya no soy su esclavo. El pecado ha perdido su poder y su autoridad sobre mí. ¿Cómo vencer al pecado? Sabiendo que gracias a Cristo, el pecado ya ha perdido su poder en mí. Una vez que entendamos esto, estaremos listos para cambiar nuestra conducta pecaminosa, pero si queremos cambiar nuestra conducta sin entender esta verdad primero, lo único que estaríamos haciendo, es ser fariseos.