“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”. Mateo 6:24
Todos tenemos el potencial de llegar amar el dinero tanto hasta que se vuelva nuestro “dios”. El dinero claro, no es intrínsecamente malo. Sin embargo, cuando se vuelve nuestra prioridad absoluta, entonces ya hemos ido muy lejos. ¿Cómo combatir esta idea? Recordándonos que: “El amor al dinero, siempre va alejarme de Dios. Pero el amor a Dios, siempre va alejarme, del amor al dinero”.
Pero hay algo más, no es solo el amor al dinero que nos separa de Dios, es el amor a cualquier cosa. Los seres humanos estamos diseñados para adorar a Dios, esa es nuestra naturaleza. Y si no adoramos a Dios, vamos hacer un ídolo de cualquier otra cosa. ¿Crees que no tienes ídolos en tu vida? “un ídolo [es todo aquello que] controla tu corazón de tal manera que en él, uno gasta toda la pasión, la emoción, la energía, y los recursos sin pensarlo dos veces. Puede ser mi familia, mis hijos, mi carrera, dinero, realización, o popularidad…puede ser un enamorado, la aprobación del grupo, habilidades, seguridad y circunstancias cómodas, la belleza, la inteligencia, una gran causa política o social, [puede ser] tu moralidad, tu virtud…o aun, el éxito que obtienes en el ministerio cristiano.
Un ídolo es cualquier cosa a la que miras y desde muy dentro de tu corazón dices, ‘si tuviera eso, entonces mi vida tendría significado, si tuviera eso, entonces tendré valor en mi vida, y luego me sentiré importante y seguro.’”
Todo tiene el potencial de volverse nuestro ídolo. Así que, no solo tenemos que cuidarnos del amor al dinero, sino de llegar amar cualquier otra cosa o persona, más que a Dios. ¿Sabes cuáles son los ídolos en tu vida?