“Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. Filipenses 4:7
El apóstol Pablo menciona en este versículo que la paz que encontramos en Dios sobrepasa todo ENTENDIMIENTO. Es decir, es una paz que está más allá de mis ideas, mi imaginación, mis sentimientos y emociones. Es una paz muy diferente a la del mundo. Pero esta paz no solo sobrepasa todo entendimiento, Pablo dice que también “guarda nuestros corazones y pensamientos en Cristo Jesús”. ¿Qué quiere decir esto? Que esta paz asimismo funciona como un “cerco” en contra de todas esas cosas quieren atacar o invadir nuestro pensamiento y corazón.
En la vida práctica esto significa que cuando veas a alguien tener más éxito…tu tendrás paz, no envidia. Cuando te traten injustamente… tu tendrás paz, no ira. Cuando las cosas no vayan bien… tu tendrás paz, no ansiedad. Esta paz es entonces un “cerco” en contra del odio, la envidia, pasiones desordenadas, y cosas como estas. Pero hay algo más. Como podemos darnos cuenta, esta paz que encontramos en Dios no tiene nada que ver con la ausencia de guerra, problemas, o tentaciones en la vida. Sino más bien con la tranquilidad, quietud, calma y confianza que nuestra alma experimenta en medio del estrés de la vida y de un mundo que se derrumba. ¿Haz experimentado alguna vez esta clase de paz? Eleanor Roosevelt dijo: “No basta con hablar de paz. Uno debe creer en ella. Y no basta con creer en ella. Uno debe trabajar para conseguirla”. Sin embargo, aquí falta algo. De nada sirve luchar por conseguirla, si es que no sabemos dónde encontrarla. El apóstol Pablo nos da la respuesta, este tipo de paz sólo se encuentra en Dios.