«En el principio»

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“En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Génesis 1:1

En 1953 dos mentes brillantes, James Watson y Francis Crick, hicieron el descubrimiento biológico más grande del siglo veinte, el ADN. Cuando a Francis Crick luego le preguntaron cómo es que empezó la vida en este planeta, Crick dijo que la vida comenzó cuando una nave espacial dejó caer esporas en la Tierra. Por otro lado, Richard Dawkins científico ateo dice algo parecido, que la vida empezó probablemente cuando extraterrestres sembraron la semilla de la vida en la Tierra. Estos dos hombres son eminentes científicos, pero ninguno de los dos cree esto basado en la evidencia, sino por fe. La visión cristiana por otro lado cree lo que dice génesis 1:1. Tristemente la mayoría de cristianos no nos tomamos el tiempo para meditar en las implicaciones de esto este versículo, pero deberíamos, porque de esto depende todo.

Si génesis 1:1 es verdad (si Dios realmente existe y lo creó todo tan solo con el poder de su palabra) entonces todo es posible, porque nada sería imposible para un Dios como este. Por otro lado, si Dios no existe y por lo tanto no creó nada, entonces sí podemos comenzar a creer que el creador de la vida en este universo pudo haber sido un extraterrestre, un idiota, o un científico loco. Sin importar lo que creamos con respecto a cómo empezó la vida en este universo, dos cosas entonces son verdad. Primero, todo lo que creemos con respecto a cómo empezó la vida, todos lo creemos por fe (los religiosos, los científicos, los científicos religiosos, y los científicos ateos). Segundo, donde pongo mi fe determina el resto de mi vida. Si creo que el ser que creó el universo es un científico extraterrestre, loco e idiota, entonces mi vida la viviré de cierta manera. Pero si creo que el Dios de la Biblia lo empezó todo, las cosas cambian. Lo que crees y quien crees, hace toda la diferencia.