¿Bendición, maldición, pérdida o inversión?

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“He aquí, herencia de Jehová son los hijos. Cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente… Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; No será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta.” Salmo 127:3–5

Este salmo nos recuerda una vez más que los niños son una bendición aún desde el vientre materno. Tristemente esta ya no es nuestra realidad. En nuestra sociedad aproximadamente 40 millones de niños son abortados cada año. Pero este salmo va más allá. También nos dice que los hijos son herencia de Dios. ¿Cuántos de nosotros pensamos realmente así? En vez de eso muchos pensamos que son una molestia, un dolor de cabeza, un retraso a nuestros sueños, o incluso una maldición. Pero eso no es todo, finalmente este salmo nos recuerda que si educamos bien a nuestros hijos ellos no solo serán una bendición, sino una inversión.

El escritor Douglas Wilson da en el clavo cuando dice que este salmo no está hablando de pies pequeños corriendo y haciendo ruido en la casa, sino de hombres hechos y derechos. “La bendición aquí son hijos crecidos y maduros preparados para la batalla [no, hijos mediocres]… Si un hombre tiene bastantes hijos, y nos los ha criado apropiadamente, él tiene una aljaba llena de dolor, [con] flechas rotas y dobladas”. Para Dios entonces no solo es importante que sigamos teniendo hijos como si fuéramos conejos, sino que cuando los tengamos los criemos bien. Dios no solo está interesado en la cantidad, sino también en la calidad. ¿Qué vez cuando vez a tus hijos? ¿Bendición, maldición, pérdida o inversión?