Vidas ordinarias para un Dios extraordinario

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“Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan”. Lucas 1:13

Vivir ordinariamente, no significa vivir aburridamente. Sin embargo, donde quiera que veamos se nos enseña lo contrario. Y es por esta razón que la palabra del momento es, “entretenimiento”. Lo irónico de todo esto es que tenemos 300 canales en Cable y todavía nos aburrimos. Tenemos Internet sin límite, alcohol sin límite, drogas sin límite, fiestas sin límite, YouTube sin límite y todavía al final del día terminamos aburridos. ¿Por qué? Porque tristemente pocos se dan cuenta de que para tener una vida emocionante y realizadora no se necesita una vida llena de fiestas, adrenalina, y canales de televisión. Lo que se necesita es entender que fuimos creados para vivir vidas ordinarias, pero para un Dios extraordinario.

Zacarías y Elisabet no tenían ni Cable, ni YouTube, pero el Dios extraordinario en el que creían hacía de sus vidas algo ordinariamente hermoso, emocionante, llenas de propósito, satisfacción, pasión y significado. Es hora de volverle a recordar a nuestra cultura (y a nosotros mismos) que fuimos creados para vivir ordinariamente, pero para un Dios extraordinario. Y que lo que trae propósito, significado, emoción, y pasión a nuestra vida no es la adrenalina, el internet, o un nuevo novio(a), sino Dios. ¿Quieres vivir una vida extraordinaria? Nunca la encontrarás sin Dios. ¿Quieres vivir una vida extraordinariamente ordinaria? Ya sabes en quién encontrarla.