“Y dijo Lamec a sus mujeres: Ada y Zila, oíd mi voz; Mujeres de Lamec, escuchad mi dicho:…” Génesis 4:23
En Génesis 2 la Biblia nos cuenta una de las historias más románticas y bonitas: la creación, enamoramiento, y la boda de Adán y Eva. Sin embargo, no pasan ni dos capítulos y como vemos ahora en Génesis 4 uno de los descendientes de Adán ya era un adúltero y polígamo (tenía varias esposas). No había pasado mucho tiempo, y los matrimonios ya se estaban arruinando.
Nunca descuides tu matrimonio. PRIMERO, porque no quieres vivir miserablemente en la misma casa con alguien que te hace sentir miserable. La Biblia dice, “Más vale habitar en el desierto que con mujer pendenciera y de mal genio.” SEGUNDO, porque quieres enfrentar la vejez bien acompañado. Un día tus hijos se van a ir. Y ¿adivina con quien te vas a quedar? Puedes divorciarte si quieres. Ahora en vez de vivir miserablemente con alguien, vivirás miserablemente solo. TERCERO, porque quieres contribuir al bienestar social. El matrimonio es la base de la sociedad, de ahí salen los futuros ciudadanos. No te quejes entonces de lo mal que está la sociedad, si es que en tu casa tú y tu cónyuge no muestran amor de verdad. CUARTO, porque quieres vivir feliz. Dios no creó el matrimonio para incrementar la infelicidad, sino para aumentar la felicidad. Un matrimonio bien cuidado es la relación más fuerte, satisfactoria, íntima, agradable, realizadora, y apasionada después de nuestra relación con el Señor Jesús. No descuides tu matrimonio. No toma mucho tiempo, destruir algo que prometimos que nunca destruiríamos.