¿Se tocará la trompeta en la ciudad, y no se alborotará el pueblo? ¿Habrá algún mal en la ciudad, el cual Jehová no haya hecho? (Amos 3:6)
Solemos pensar que como Dios es bueno, el jamás permitiría el mal, como por ejemplo ahora mismo pensamos que debemos acudir en su ayuda y despertarlo para que haga algo sobre esta pandemia. El pensamiento generalizado es que nos ha venido algo en el que Dios no ha participado en lo mínimo y que por lo tanto debemos pedirle que haga algo al respecto.
Toda esta manera de pensar es porque no conocemos a Dios, no conocemos nada sobre Su soberanía, y por lo tanto es hora que empecemos a desempolvar la Biblia y enterarnos que Dios esta atrás de todos los eventos que acontecen en este universo y en nuestro planeta. Pensar que Dios está únicamente atrás de todas las cosas buenas que suceden es tener un conocimiento precario de Él. En el texto de hoy el profeta pregunta: ¿Habrá algún mal en la ciudad, el cual Jehová no haya hecho?, pregunta esto para que el pueblo reconozca que todas las cosas están bajo su control y que nada hay que se escape de su mano. Al llegar a este punto te estarás preguntando: ¿Entonces es Dios el autor del mal?, a lo que la Biblia con toda claridad responde que Dios no quiere el mal para nadie; pero que, sin embargo, y, en primer lugar, como Él es Santo, sus juicios vienen sobre sus criaturas para despertarlos del mal camino en el que están, y estos vienen debido a su misericordia por cuanto Él anhela que no perezcan por la eternidad. En segundo lugar, Dios permite que el mal venga para que los incrédulos reconozcan que hay consecuencias trágicas del pecado. Y, en tercer lugar, el mal es permitido para probar la fe de los que confiesan Su nombre por cuanto es en medio del sufrimiento donde se fortalece la fe.