¿De quién es la culpa?, ¿Del hombre o de las armas?

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Porque del interior del hombre salen los malos pensamientos, los asesinatos, el adulterio, la inmoralidad sexual, los robos, las mentiras y los insultos. (Mt. 15: 19)

Siempre ha estado claro que los asesinatos o el adulterio se han concebido primeramente en el corazón antes de llevarlo a cabo, sin embargo, hoy en día se piensa que las armas son el problema y que por lo tanto si erradicamos las armas, entonces erradicaremos los asesinatos y la delincuencia. Esto es lo mismo que tratar de matar un árbol de eucalipto por el mero hecho de cortar las ramas. El corazón humano sigue creciendo en maldad si no recibe el temor a Dios, es por esto que la iglesia ha jugado por siglos un papel preponderante en nuestra cultura al fomentar el temor a Dios.

Por muchos años la influencia de la educación moral en las escuelas y colegios ha sido decisivo en la formación de personas con responsabilidad moral. Sin embargo, la influencia ha ido decayendo poco a poco en las 3 últimas décadas debido a la influencia del Naturalismo filosófico en las universidades y en los planes curriculares de escuelas y colegios; como también al desprestigio de la iglesia debido a escándalos de abuso sexual y otros.

El avance de la maldad ha llevado a que el poder político (el estado) cree medidas que no han apuntado a la raíz del problema, es por esto que hoy hay una necesidad primordial de volver a enseñar los preceptos morales en todos los ámbitos de la sociedad. Un ejemplo muy característico de esto es la experiencia de los Estados Unidos de Norteamérica. En el año 1962 llegó a la Corte Suprema un asunto relacionado a la educación. Antes de 1962 era costumbre en las escuelas públicas el iniciar el día con una oración como: “Dios Todopoderoso reconocemos nuestra dependencia de Ti, y te pedimos tus bendiciones sobre nosotros, sobre nuestros padres, nuestros maestros y nuestro país. Amen”. Otros maestros daban lectura de un pasaje de la Biblia. Luego el día continuaba su curso normalmente. Pero ese mismo año un grupo de personas se quejaron, y a partir de ahí se fueron formulando las nuevas leyes que fueron luego aprobadas por la Corte Suprema quedando prohibido la influencia de la Biblia y la oración en las escuelas.