La esclavitud al “proceso”.

«¡Ay de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas que pagan el diezmo de la menta, del anís y del comino, y han descuidado los preceptos más importantes de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Estas son las cosas que debían haber hecho, sin descuidar aquéllas. (Mt. 23:23)

“Más vale la vaina que el machete”. Así vive nuestra cultura actual. ¡Lo importante es que se cumplan los procesos! No importa la meta, ni el propósito de lo que hacemos; y aunque la misión este escrita, alcanzarla no es lo más importante.  La mayor parte del tiempo y de la energía del personal que labora en las instituciones se ocupa en verificar las evidencias como: “las convocatorias” “las actas”, “los registros de asistencia”, “las fotos”, “las firmas”, etc.

El poner el énfasis en “los procesos” mata la alegría de lo que hacemos y pronto descubrimos que nuestra tarea carece de propósito. Por ejemplo, en el campo educativo hay tanto trabajo que el maestro debe cumplir con el único propósito de demostrar que él es confiable, y que lo que hace está bajo el control central; de tal forma que ya no le queda energía para su tarea principal que es la docencia. Hoy en día el aula carece del ambiente de regocijo para el aprendizaje debido a que el maestro está agotado en cumplir “los procesos”, y ya no dedicado a despertar la imaginación de los estudiantes, como tampoco a llenarles de curiosidad para la investigación.

Toda la raza humana debido a la caída (al pecado) es vulnerable a la esclavitud, y no solo a esclavizar a su prójimo, sino también a aceptar como normal el ser esclavos. Esto es a lo que Jesús enfrenta en este texto bíblico. Encuentra a personas esclavizadas a los procesos de tal manera que se ocupaban de tareas tan triviales como diezmar aún de cosas tan insignificantes, pero que a su vez se habían olvidado de lo más importante, como el hacer justicia, el tener compasión y de la fidelidad.

La esclavitud se prende en la raza humana como gangrena que poco a poco va quitando la real perspectiva de la vida a tal punto que ya no pueden distinguir el deleite que produce una vida de libertad. – (F)