A los pobres siempre los tendrán…

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Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto. Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, más a mí no siempre me tendréis. (Jn. 12:7,8)

En este texto el Señor Jesucristo hace una declaración universal debido a la capacidad omnisciente (que todo lo sabe) como Hijo de Dios. Jesús no está aprobando la pobreza sino mostrando una realidad universal debido a la naturaleza egocéntrica del ser humano. Tampoco está afirmando que no se debe hacer nada por los pobres, al contrario Dios a través de toda la Biblia amonesta a que todos trabajen con ahínco para que tengan que compartir con los más necesitados, y la prueba de esto son las palabras de Jesús: “Mas bienaventurado es dar que recibir”.

Sin embargo, debido al desconocimiento de esta realidad, la humanidad ha tenido que enfrentar grandes desengaños y frustraciones. La historia registra a los movimientos políticos altruistas con el eslogan: “Vamos a erradicar la pobreza”, movimientos que han llevado a muchas naciones a la frustración y desengaño. Sin embargo lo más trágico es que han terminado en corrupción y abuso de poder sin igual, los cuales se han registrado en la historia. Estos movimientos han querido erradicar la pobreza por decretos y leyes, sin apelar a la voluntad del corazón, y lo único que han conseguido es el cambio de ricos, es decir los pobres de ayer llegan a tener el alivio económico por pertenecer al partido gobernante, y mas no tanto por su trabajo.

Por otro lado, cuando los gobernantes ponen como la causa básica del desastre de una nación a la pobreza, todo el énfasis para corregirla se pone sobre ésta, convencidos de que si se erradica ésta, todas las bondades y bien del ser humano harán su aparición. Pero frente a esto, ¿Cómo podemos entender los crímenes como el aborto en países que no son pobres? Es por esto que cuando una nación hace de la pobreza la causa básica del desastre moral,  pierde de vista que el ser humano es más que vientre y cuerpo, y en donde las palabras de Jesús: “No solo de pan vivirá el hombre” dejan de tener sentido.