“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?” Mateo 6.25
Aquel que se enfoca en acumular riquezas terrenales vive preocupado, afanado, estresado. No solo porque quiere más, sino también porque una vez que las tiene, no quiere dejarlas ir. La verdad es que para nosotros los seres humanos mientras más poseemos, mas tenemos de que preocuparnos. Por su lado Jesús dice no se estresen ni aun por necesidades importantes como la comida o la ropa, y luego ilustra como Dios alimenta a las aves y viste de manera hermosa a los lirios del campo.
La Biblia deja en claro que nosotros somos más valiosos para Dios que las aves y los lirios del campo, Dios envió a su hijo a morir por nosotros, él sabe muy bien cuanto costamos, así que el problema no está con Dios, sino con nosotros que tendemos a preocuparnos y desesperarnos cuando nos enfocamos más en lo material que en Dios y su cuidado. Jesús dice, “no se afanen, confíen en que Dios sabe lo que necesitan, y aun mas, recuerdan que tener vida, y también tener un cuerpo para poder disfrutar de esa vida, es ya una bendición.”
Es hora de voltear nuestra concentración y lealtad de las cosas materiales y enfocarnos en el cuidado de Dios, porque solo entonces dejaremos de afanarnos y encontraremos descanso. Los tesoros terrenales se desvanecen, exigen nuestro corazón y lealtad, y nos producen ansiedad. Hoy es un día en que podemos comenzar a vivir contentos y agradecidos porque tenemos una vida, y tenemos un cuerpo con el que podemos sentir y disfrutar de la vida.
