“Orad sin cesar”. (1 Tes 5.17)
Una de las cosas más fáciles en la vida cristiana es la oración. Una de las cosas más difíciles en la vida cristiana es la oración. Estas dos frases parecen contradictorias, pero no lo son. Orar en verdad es muy fácil, solo requiere parar un momento durante el día, y hablar con Dios. ¿Qué tiene esto de difícil? Nada. Pero extrañamente la mayoría de nosotros no lo hace ¿por qué? En esto punto tenemos cientos de excusas. “Es que no tengo tiempo”, “Es que no se que decir”, “Es que ya leo la Biblia”, “Es que ya fui a la iglesia el domingo” etc. Todas estas excusas son tan solo una máscara que cubre la verdadera razón de por qué no oramos. Y esa razón es que no creemos que la oración es importante.
Todos sabemos que respirar es importante, lo hacemos tan seguido que hasta lo hacemos inconscientemente. Nadie diría “no tengo tiempo para respirar”, o “Ya respiré el domingo”. Con la oración es igual. La oración es importante, porque nos conecta con el verdadero Dios. Dios nos habla por medio de su palabra (Biblia), pero nosotros hablamos con él por medio de la oración. !Qué privilegio tan grande!
El gran predicador John Wesley, viajó aproximadamente 400 km. diarios evangelizando por 40 años. Predicó alrededor de 42.000 sermones, escribió 233 libros, y se dio el tiempo para aprender 10 idiomas. A los 86 años se avergonzaba de no poder predicar más de 2 veces al día, y se quejaba de que había caído en el mal hábito de dormir hasta las 5:30 am. Pero aún con todo esto, se daba el tiempo para orar 2 horas al día ¿por qué? Porque para él la oración era importante. Y deja de poner excusas, y comienza a tener una vida de oración.