Excomunión

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“…En esta carta quiero aclararles que no deben relacionarse con nadie que, llamándose hermano, sea inmoral o avaro, idólatra, calumniador, borracho o estafador. Con tal persona ni siquiera deben juntarse para comer”. 1 Corintios 5:10–11 (NVI)

Poco o nada se habla hoy en día de la excomunión. Pero como vemos en los versículos de hoy, esto no era nada raro para las iglesias en el tiempo bíblico. ¿Qué es la excomunión? Es la acción de separarlo algún hermano de la iglesia, por haber cometido algún tipo de ofensa moral, o doctrinal. Este hermano claro, generalmente no quiere arrepentirse, ni le importa hacerlo. ¿Por qué? Porque en muchos de los casos, este hermano disfruta del mal que hace (por ejemplo, vivir en adulterio, o, siendo avaro, idólatra, calumniador, borracho, estafador etc.). Un hermano así, necesita ser excomulgado, “ni siquiera debemos sentarnos a comer” con él. En otras palabras, no tenemos que tener comunión con él. ¿Por qué? Porque no podemos ni debemos, seguir afirmando, o solapando su hipocresía al vivir dos vidas diferentes. En este caso, la excomunión es necesaria. Pero todo esto con el propósito de que algún día, al verse separado de su familia espiritual, pueda arrepentirse y volver.

Es importante notar entonces, que la excomunión no es algo que la iglesia le impone al hermano, es algo que el hermano se impone a sí mismo. En un matrimonio, cuando la esposa finalmente decide divorciarse ya que su esposo abusa de ella, mental, psicológica y físicamente, no es ella la que a roto la relación. Ella simplemente esta concluyendo lo que él a empezado. Lo mismo sucede con la excomunión. La iglesia solo concluye lo que el hermano hipócrita a empezado. Hoy en día pocas iglesias practican esta forma de disciplina. No es de extrañar entonces, que los miembros de muchas de nuestras iglesias, sean indisciplinados.