“Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado…” Mateo 28:5–6
Cuando pensamos en la muerte, siempre pensamos en algo desagradable: en la privación de la vida, los amigos, la familia, las herencias etc. Siempre nos enfocamos en lo que vamos a “perder”. Y en cierta manera todo esto es verdad. Pero, hay otra verdad aún más profunda, poderosa y confortante que esta: ¡Cristo ha resucitado! Esta verdad es mucho mejor porque nos recuerda que la muerte esta derrotada, y que no es el fin. Algo mejor esta por venir.
Cuando un joven se va a casar, él sabe que esta dejando su soltería atrás, en muchos casos esto implica amigos, familia, fiestas, vicios, etc. pero eso a él no le asusta. Él sabe que lo que está por delante, es mucho mejor. Por eso, “morir a su soltería”, no le causa ni temor, ni miedo.
Al resucitar Cristo nos mostró que la muerte esta derrotada, y que algo mejor esta por venir. Dejar este mundo (o esta soltería) entonces, no debería ser causa de temor, o miedo para el creyente. El apóstol Pablo dice en Filipenses 1.23 “quiero irme ya, porque estar con Cristo es muchísimo mejor, que estar aquí”. Pablo tiene la perspectiva correcta de la muerte.
La mayoría de nosotros encontramos desahogo y tranquilidad cuando los doctores nos dicen que vamos a vivir más. Pablo por otro lado, encuentra desahogo y tranquilidad pensando en la muerte, porque él sabe que eso lo llevará a un lugar mejor. Gracias a la resurrección de Cristo entonces entendemos que la muerte esta derrotada. Que el morir, no es “alejarnos de nuestro hogar”, sino “llegar al hogar”.
Qué bendición más grande. ¡Cristo ha resucitado!