“Con sabiduría se edificará la casa, Y con prudencia se afirmará” Proverbios 24.3
Entró como héroe y salió como un villano. Cuenta una historia que un pastor sabía que uno de los líderes había cometido una falta que él consideraba grave y por lo tanto merecedora de disciplina. Con esto en mente, convocó a la iglesia a una asamblea para hacerle conocer los hechos. Pero tal fue su sorpresa, porque la iglesia, en lugar de juzgar el caso del líder, empezó a juzgar al pastor por no proceder apropiadamente. Esto es algo que a todos nos pasa, todos “metemos las patas” alguna vez. Sin embargo, la mayoría de nosotros nos evitaríamos este dolor de cabeza, si es que como nos dice el versículo de hoy, hiciéramos las cosas con más sabiduría y prudencia. Pero ¿Qué significa ser sabio y prudente?
SER SABIO en el sentido bíblico, contrario a lo que muchos piensan, no tiene que ver con ser inteligente, sino con ser práctico. Es decir, en la Biblia el hombre más sabio no es el que sabe más, sino el que hace las cosas de manera más práctica. Por otro lado, SER PRUDENTE en la Biblia es saber discernir cuidadosamente. Es decir, cuando estoy tratando de hacer algo, lo hago con tino, bien pensado, bien estudiado, bien analizado, y de la manera más apropiada.
Aprender a ser más sabios y prudentes entonces es nuestro llamado como creyentes. Cualquiera que sea la época de la vida en la que te encuentras (buscando casarte, escogiendo una carrera, buscando un nuevo lugar donde vivir, queriendo salir de viaje etc.) este consejo en muy práctico. No uses la “viveza criolla”, la “sapería”, la “carne” o la estupidez como tu guía. No vaya a ocurrirte que entres como héroe y salgas como villano. Mejor usa, la sabiduría y la prudencia.