Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”. Fil. 4.8
Todo el mundo piensa, pero no todos piensan muy bien. Algunos incluso piensan tan mal, que nos aconsejan, no pensar. Shirley MacLaine por ejemplo, la actriz norteamericana, dice: “no evalúes nada, y no dejes que tu parte izquierda del cerebro juzgue lo que estás pensando. Dale a tu parte izquierda del cerebro un respiro. De hecho, no pienses.” Es difícil pensar en un consejo más irracional, dañino, y estúpido que este. Parece que la señora MacLaine no tiene ni la suficiente capacidad intelectual para darse cuenta de que aún para decir “no piensen”, ella debió primero haber pensado.
La Biblia por otro lado no niega, ni se opone, ni nos prohíbe pensar. Sino que reconoce que Dios nos hizo con facultades racionales que Dios espera usemos correcta, y continuamente. Muchas veces es importante volver a recordar que cuando Adán y Eva pecaron, esto no solo nos infectó y descalibró moralmente trayendo mentira, robo, adulterio, asesinato etc. Cuando nuestros primeros padres pecaron, esto también nos infectó y descalibró físicamente. Lo cual quiere decir que el pecado tocó también nuestro cerebro y, por ende, nuestras capacidades de raciocinio. Es por esta razón que la Biblia nos llama una y otra vez a educar nuestro cerebro para enfocarse en pensar bien, y en las cosas apropiadas. El consejo de MacLaine es: “Dale a tu parte izquierda del cerebro un respiro. De hecho, no pienses.” El consejo bíblico por otro lado es: “todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”. De seguro hay cristianos tontos, pero estos deberían ser la excepción, y no la regla.