“Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano”. Mateo 18:15
Jesús siempre nos enseñó actuar “al revés”. Hacer lo contrario de lo que hace el mundo. ¿Qué hacer cuando tenemos un problema con un hermano de la iglesia? Primero, asegúrate de que en verdad haya pecado. Jesús dice, “si tu hermano ‘peca’ contra ti.” Nuestra sociedad está llena de personas extremadamente sensibles, que no pueden aguantar una broma, una reprensión, un reclamo etc. Jesús aquí no está hablando de eso. Jesús dice “si tu hermano ‘peca’ contra ti.” Es decir, yo NO tengo que ir a confrontar a un hermano, cuando este ha dicho algo que a mi no me gusta, o no me agrada. Jesús dice que tengo que ir, solamente cuando este haya “pecado” en contra mía.
Segundo, toma tú la iniciativa. Jesús dice, que es el ofendido el que debe hacer algo primero, no el ofensor. Nuestra sociedad nos hace víctimas, y por eso demandamos que el ofensor venga a pedirnos perdón. Jesús por otro lado, exige que sea el ofendido, el que dé el primer paso.
Tercero, hay que ir al ofensor primero, no a los demás. Generalmente, cuando alguien nos hace algo, lo primero que hacemos es ir a chismear. Pero Jesús dice no. Lo primero que tenemos que hacer, es hablar con el ofensor. ¿Por qué? porque al hacer esto, estaremos evitando el chisme, estaremos salvaguardando la reputación del hermano, y estaremos protegiendo el ministerio (o futuro ministerio) de este hermano en la iglesia. La manera en que Jesús nos enseñó a enfrentar los problemas en la vida es ciertamente una manera radical, y diferente a la que nos muestra el mundo. ¿Te ha ofendido alguien en la iglesia? Primero asegúrate de que sea un pecado. Si lo es, ya sabes que hacer.