“Y salidos los fariseos, tomaron consejo con los herodianos contra él para destruirle [a Jesús]”. (Marcos 3.6)
Entre los enemigos que tenía Jesús, estaban también los herodianos. ¿Quiénes eran estos hombres? Eran personas “adictas” a la política. Estos hombres habían puesto toda su fe en el rey Herodes y sus políticas de gobierno. Y no solo eso, sino que también estaban listos y dispuestos a defender, e imponer esas políticas sobre todos los demás. ¿Por qué? Porque realmente creían y estaban convencidos, que el verdadero cambio social, no vendría por medio de Dios, sino solamente por medio del “presidente”, o en este caso el rey Herodes. Ellos, como pasa siempre en la historia, habían sido seducidos a poner toda su fe y esperanza en la política.
Esto no es muy diferente a lo que sucede en nuestros días. Como sociedad queremos ver cambios positivos, y para esto ponemos nuestra fe en todo, menos en Dios. Hemos puesto nuestra fe en la tecnología, y nos ha dado cosas como armas nucleares, y pornografía. Hemos puesto nuestra fe en los gobiernos, y hemos tenido Hitlers, Mussolinis y Stalins. Hemos puesto nuestra fe en la falsa religión y nos ha dejado con inquisiciones, cruzadas, y todo tipo de abusos. Hemos puesto la fe en la educación, y seguimos igual de pecadores que antes, solo que ahora pecamos más educadamente. Por supuesto, no toda tecnología, política, religión, o educación es mala. Lo malo es poner nuestra fe en todas estas cosas, y esperar que nos salven de nuestro deterioro social. Hoy es un buen día para recordar dónde está nuestra fe, y redirigirla si es necesario. Evita entonces volverte herodiano, y poner tu fe en el medio, o en una herramienta como la educación, el gobierno, la tecnología, etc. Sé más bien cristiano, y pon tu fe en Dios.