“¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?” Salmo 13:1
La Biblia dice que David era un hombre conforme al corazón de Dios. Sin embargo, como vemos en este salmo aun él se sentía solo, sin esperanza, olvidado, o aun rechazado por Dios. Esto debería animarnos, ya que nos recuerda que este tipo de situaciones les sucede a todos, aun a las personas que son conforme al corazón de Dios. Por otro lado, es bueno recordar también que la clave para enfrentar los momentos difíciles en la vida está en tener la perspectiva correcta. Y ¿Cuál es esa? Saber que Dios permite todas estas cosas, porque él es el único que puede ver todo el cuadro. Y, por lo tanto, él sabe que tal situación (aunque negativa y dolorosa) sirve para que podamos llegar a ser un buen “producto final”.
Creo que fue A. W. Tozer quien escribió: “El metal tiembla cuando ve a la lima en la cerrajería, porque la lima (desde la perspectiva del metal) es un enemigo sanguinario, y sin misericordia que vive para rasparlo lenta y dolorosamente. Sin embargo, el metal no se da cuenta que la lima lo único que hace es servir como una herramienta más, al maestro cerrajero. El maestro ya tiene en mente cuánto del metal será raspado, qué forma tendrá ese metal al final, y cuánto tiempo más la lima tiene que seguir atormentándolo. El metal haría mejor, si es que en vez de quejarse tanto tratara más bien de entender y aceptar, que el único y el mejor camino para ser un producto completo y de calidad, es dejarse raspar, y raspar”. A nadie le gusta ser “raspado” en la vida. Pero esto es necesario para poder llegar a ser un buen “producto final”. Si ahora estas pasando por un momento difícil no reniegues el momento. Confía más bien en que el “maestro” está usando este momento para hacer de ti, un producto de calidad.