“Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Mateo 1:21
¿Qué pasaría si alguien más decidiera empezar su mensaje navideño con las palabras escritas por Jonathan Edwards? “Tu [pecado] te hace como si fueras tan pesado como el plomo, y te dirigirá hacia abajo con gran peso y presión directo al infierno; y si Dios te dejara caer, inmediatamente te sumergirías y rápidamente descenderías dentro del golfo sin fondo; y tu constitución saludable, y tu propio cuidado y prudencia, y tu mejor plan, y toda tu justicia, no tendrían más influencia para sujetarte y librarte del infierno, que lo que una tela de araña puede hacer para frenar una roca al caer.” Si alguien decidiera empezar un mensaje navideño con estas palabras, todos le dirían que se “ubique”, porque este mensaje no es apropiado para el momento.
Desde la perspectiva de Dios, sin embargo, estas palabras representarían exactamente lo que es la navidad. Porque para Dios la navidad tiene que ver exclusivamente con el pecado y su perdón. ¡Que diferente que es ahora! La navidad para la sociedad tiene que ver con un día de vacación, regalos, borracheras, glotonerías, dulces, e incluso se nos dice que tiene que ver con amor, paz y reconciliación. Pero nadie nos dice ¿por qué? Ahora que vamos a celebrar la navidad, no dejes que el consumismo, el estrés, y este mundo te hagan olvidar lo que celebramos: que Cristo vino a salvarnos de nuestros pecados. Mientras celebras la navidad entonces recuerda que no hay navidad sin Cristo. Y hablar de Cristo en navidad no tiene sentido, si es que no hablamos primero de pecado. “Y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.