“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”. Efesios 5:15–16
La “la ley Parkinson” dentro de la productividad establece que: “el trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para que se termine”. Es decir, mientras más tiempo tenemos para realizar una tarea, más tiempo nos tardaremos (o perderemos) para terminar dicha tarea. Por ejemplo, si nos damos un mes para disculparnos con alguien, o para pagar la luz, lo más probable es que nos tardemos un mes en hacerlo. Aunque la verdad es que podríamos haber acabado esas dos tareas el mismo día.
Todos tendemos a la procrastinación y/o vaguería. Este mundo está diseñado para hacernos perder el tiempo, especialmente con las redes sociales. Pero la ley de Parkinson y la Biblia nos recuerdan hoy que debemos aprovechar bien el tiempo. Uno de los personajes más admirables en cuanto al buen uso del tiempo fue John Wesley. Wesley viajó aprox. 400 km. diarios evangelizando por 40 años. Predicó alrededor de 42.000 sermones, escribió 233 libros, y hablaba 10 idiomas. A la edad de 83 años se molestaba porque no podía escribir más de 15 horas al día. A los 86 años se avergonzaba de no poder predicar más de 2 veces al día, y se quejaba de que había caído en el mal hábito de levantarse a las 5:30 am. y no antes. ¿Y tú? ¿Cómo aprovechas el tiempo? O talvez la pregunta es: ¿Cómo pierdes el tiempo? Es hora de ser más productivo, más provechoso, y más eficiente con tu tiempo. No todos podemos ser John Wesley, pero todos sí podemos dejar de lado ciertos vicios, para comenzar a fomentar hábitos que nos ayuden APROVECHAR mejor el tiempo.