Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis. (Mt. 7:16-20)
El Señor Jesucristo en este pasaje nos muestra que es por los frutos que se le conoce a una persona, hay árboles buenos y por lo tanto da frutos buenos; y de igual manera arboles malos que dan frutos malos.
Neisi Dajomes, la medallista olímpica en una entrevista pública manifiesta que está sumamente segura que su triunfo es una obra de Dios, ya que desde que nació, Dios tenía este propósito para su vida, y se siente muy orgullosa. Expresa también su agradecimiento a sus entrenadores, a su familia y a todos los que han puesto ese granito de arena para que ella haya podido llegar a este triunfo. Además, ella manifiesta que frente a las dificultades que tuvo para llegar a Tokio, le dijo a Dios que estos juegos, lo va a competir con la fuerza de Él y no con la suya.
Neisi, con humildad manifiesta que fue creada para esto, y aunque ser una líder es algo grande, ella está muy contenta si con su ejemplo puede motivar a otras chicas, y al mismo tiempo se siente motivada porque le han tomado como un ejemplo. Argumenta también que por el hecho de ser pesistas no se pierde la feminidad, al contrario, dice, seguimos siendo muy mujercitas y mostramos el talento y la potencia que tenemos como mujeres.
En verdad aquí tenemos a una jovencita digna de imitársela, no solo por el hecho del gran triunfo, sino sobre todo por la claridad de su identidad, ya que sabe quién es, de donde viene y hacia donde va. ¡Felicitaciones Neisi! – F