Y salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas. (Mr. 6: 34)
Una de las características de las ovejas es, que cuando encuentran el pasto empiezan a comer y comer sin tener en cuenta el entorno, ya que en ese momento la comida lo es todo, de tal manera que, si hay peligro alrededor de ellas, eso no les importa. En este texto bíblico vemos que Jesús tiene compasión de esa gran multitud porque les ve como ovejas que no tienen pastor, es decir, que siguen sin orientación y guía buscando únicamente la comida.
Jesús tiene compasión por cuanto sabe que el ser humano necesita más que comida, es por eso que comienza a enseñarles que la vida no solo consiste del cuerpo, sino de áreas más grandes como el alma y el espíritu, les enseña que cada persona está diseñada por Él para cumplir un destino. La compasión se prende en Jesús por cuanto les ve que están desperdiciando sus vidas al seguir únicamente el olfato de donde puedo “ganar más dinero” o donde puedo obtener fácilmente la comida. Muchas personas también hoy en día son guiadas únicamente por el “estómago” ya que toman decisiones como: ¿Cual carrera me dará más dinero? o, si tengo un puesto público “estoy al otro lado”, mostrando así que son criaturas que desconocen su dimensión espiritual. Pero también vemos en los versículos siguientes, que El Señor después de enseñarles toda aquella tarde, no quería mandarles con el estómago vacío, ya que no habían comido, y tampoco tenían a donde ir a comprar. Así que convirtió de cinco panes y dos peses en alimento suficiente para aproximadamente 20.000 personas, mostrándoles de esta manera que Él podía proveerlos en todo tiempo, si tan solo estuvieran dispuestos a buscar las cosas eternas en primer lugar. Lastimosamente más tarde en este capítulo descubrimos que lo único que le interesaba a esa multitud era el pan material, como también suele suceder hoy en día. – F