Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. (Heb. 2:14,15)
La Biblia que es la palabra de Dios nos revela con toda claridad que el resultado del miedo es la esclavitud. En este texto en particular nos muestra que el temor a la muerte sujeta a los seres humanos a la esclavitud, y por su puesto hoy en día el sentimiento más generalizado es el temor a la muerte debido al alarmante y repetitivo informe de nuevas medidas para contrarrestar el coronavirus, como también la alarmante aparición de nuevas cepas del virus. Es por esto que debemos preguntarnos: ¿Qué es peor? ¿La muerte o la esclavitud? Para responder esto miremos a través de la historia como millones de personas dieron su vida defendiendo la libertad, mientras que hoy voluntariamente y con gran cobardía nos sujetamos a la esclavitud a pesar que nuestro enemigo no tiene el alcance como normalmente nos hacen ver.
El problema fundamental sobre este tema, reside en como nosotros los seres humanos concebimos la muerte. En el texto de hoy El Señor Jesucristo nos muestra que atraviesa la puerta de la muerte con la finalidad de librarnos de la esclavitud que produce el miedo a la muerte, pero también para que comprendamos que el exagerado miedo proviene de mentiras como: “los setenta u noventa años son los únicos que tenemos” o “no hay ningún juicio después de la muerte”. En verdad la muerte es solo una puerta por la que pasamos a la vida eterna, vida que está caracterizada por el gozo eterno para aquellos que reciben el regalo de la salvación que El Señor Jesucristo nos otorgó con su muerte en la cruz.
En realidad, debido a estas concepciones sobre la muerte, la sociedad actual está sumida en un egocentrismo nunca visto y en una cobardía sin precedentes. – (F)