“Y tomó [Moisés] el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos.” Éxodo 24:7
En el contexto de este pasaje vemos a Israel prometiendo que obedecería, y a Dios prometiendo que él estaría siempre con ellos. Claro, todos sabemos quiénes fueron los que no cumplieron su promesa. Como cada año, miles de personas están listas de empezar este 2021 con promesas. Diciendo cosas como: “ya no voy a comer demasiado, voy hacer ejercicio.” “Voy a ser un mejor padre.” “Voy a dedicarme a estudiar más.” “Voy a ir a la iglesia.” Etc. Pero al igual que todos los años, la mayoría de estas personas no cumplirá esas promesas. Según las estadísticas, 9 de cada 10 personas no lo hace. Esto quiere decir que este nuevo año muchos se propondrán ser más delgados, pero terminarán más obesos. Querrán ser mejores padres, pero seguirán siendo mediocres. Querrán ser mejores estudiantes y seguirán siendo vagos. Querrán venir a la iglesia, pero seguirán metidos en sus casas. Estas claro son malas noticias. Pero también hay buenas. Las buenas noticias son que Dios no ha cambiado. Él nos ha prometido estar con nosotros y así será. Él estará junto a nosotros en los fracasos, alegrías, sufrimientos, triunfos, vida y muerte. Pero hay más, las buenas noticias son también que como creyentes ya no tenemos que ser parte de la estadística. La Biblia dice que Dios nos ha dado un espíritu “de dominio propio, y no de cobardía.” Es hora de usar entonces eso que ya tenemos para cumplir las metas loables y reales que nos proponemos. No dejes que en este nuevo año solo Dios cumpla su promesa. Gracias a él, nosotros también podemos cumplir las nuestras.