Esta semana tuve la oportunidad de escuchar al Pastor Dante Gebel hablar sobre la realidad que como iglesia tendremos que enfrentar y quiero compartir algunos de sus pensamientos. Dante habló de como los cristianos estamos llamados a obedecer a nuestras autoridades civiles y las leyes establecidas por las mismas, como por ejemplo: parar en un semáforo rojo al conducir, pagar los impuestos que se nos impone, etc. para de esta manera mantener un orden social, sabiendo que si no se cumple, el estado tiene el poder para castigar. Sin embargo algo diferente está sucediendo ahora, como iglesia cristiana nos están informando de los posibles protocolos que deberemos adoptar en nuestros cultos dominicales, en los cuales probablemente no se permitirá la entrada de adultos mayores a 60 años y niños pequeños. Si ese llegara a ser el caso, primeramente yo no podré estar presente y saber que mi nieta tampoco podría, no sería algo correcto. Dante continúa mencionando que la iglesia es un lugar para los enfermos, para los quebrantados, para los que tienen necesidad, no únicamente para los sanos. Con eso no quiere decir que no se considerará lo que lógicamente se debe hacer para precautelar una enfermedad, pero al no permitir el ingreso de todas las personas iría en contra del llamamiento como pastor. Este llamamiento consiste en velar por el rebaño, orar e imponer manos por los enfermos, enseñar a los niños sobre el Dios a quien servimos, de tal manera que amen al Señor su Dios, sabiendo que ellos son la siguiente generación y esperanza para este mundo. Por lo tanto estemos firmes y esperemos el día en que nuevamente podamos vernos y congregarnos todos juntos para servir y alabar al Señor.