“y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Jn. 8:32)
La búsqueda de la verdad es la actividad más importante de la vida, ya que ésta nos libra de la esclavitud. El Señor Jesucristo en este texto nos insta a no vivir en esclavitud de ninguna clase por cuanto la perdida de la libertad quita la dignidad y la razón de la existencia.
Muchos creen que el instinto de rebaño siempre acierta, como por ejemplo: “el dar caridad a los pobres es siempre correcto”; pero éste instinto de rebaño no siempre es correcto, ya que ha habido muchos ejemplos en los que el dejar de dar caridad ha resultado en mayor progreso por cuanto aquellos pobres han ejercitado sus capacidades y han creado modos de generar riqueza sin precedentes. Por lo tanto, asegurar que, porque la mayoría cree en algo, entonces debe ser cierto, no siempre es la verdad.
En la situación que estamos viviendo, en todo el mundo se ha proclamado que hay una sola verdad “Tenemos una pandemia voraz, y por lo tanto hay una sola salida: el aislamiento”. Frente a un enunciado así, la posibilidad de pensar diferente resulta en un atentado contra la vida, y por lo tanto lo único que queda es aceptar la esclavitud. Pero; ¿Se han hecho las preguntas adecuadas? como: ¿Es en verdad tan letal?, ¿Se puede preparar a la gente inmunológicamente para enfrentarlo? ¿Es el aislamiento la única forma?, ¿Provoca el aislamiento carencia de oxigenación y vitamina “D” que proviene del sol? Estas y otras preguntas son vitales para enfrentar correctamente esta crisis.
En cambio, lo que hemos presenciado en estos dos meses es un pánico generalizado que ha llevado a mucha gente a auto esclavizarse a un sin número de actitudes nerviosas y repetitivas que en vez de fortalecernos nos ha llevado a la perdida de energía y de fortaleza física y espiritual. – (F)