En la mano derecha del que estaba sentado en el trono vi un rollo escrito por dentro y por fuera, y sellado con siete sellos… y yo lloraba mucho, porque no se había encontrado a nadie digno de abrir el rollo, ni de mirarlo. Pero uno de los ancianos me dijo: ‘No llores más, pues el León de la tribu de Judá, el retoño de David, ha vencido y puede abrir el rollo y romper sus siete sellos.’ Entonces… vi un Cordero. Estaba de pie, pero se veía que había sido sacrificado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. Aquel Cordero fue y tomó el rollo de la mano derecha del que estaba sentado en el trono; (Apc. 5: 3-7)
En este párrafo del libro de Apocalipsis se ve que la historia de la humanidad (el rollo) se encuentra en la mano de Dios, sin embargo, surge la pregunta: ¿Quién es digno de abrir el rollo?, en otras palabras, ¿Quién tiene el poder de tomar la historia de la humanidad en sus manos, y de controlarla?, y no fue encontrado nadie que pueda hacerlo sino excepto El Hijo de Dios, es decir Aquel que fue muerto y resucitó tenía ese poder de conducir la historia de la humanidad hasta el fin. Es tremendamente reconfortante saber que no estamos a la merced de ningún poder humano de índole religioso, ni de índole político. Solo Aquel que resucito de entre los muertos y que ahora tiene todo el poder en el cielo y en la tierra; que además tiene todo el conocimiento y la omnipresencia en todo el universo es el que desarrolla la historia de acuerdo con su santa voluntad.
Dentro de la esta historia de la humanidad que se encuentra en manos del Cordero que fue inmolado hay dos tipos de personas que tienen diferentes destinos, unos que van a estar en el reino de Cristo, y otros que perecerán para siempre. ¿Dónde quieres estar tú?