“Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad. Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró”. Lucas 23.45–46
Semana Santa es el tiempo en el que recordamos el sacrificio de nuestro Señor Jesús por la humanidad. Pero ¿sabes realmente lo que significa? Déjame recordarte cuatro cosas:
Primero, Cristo fue el último sacrificio. En el Antiguo Testamento se nos cuenta cómo Dios mandó a sacrificar animales. De hecho, el libro de Levítico nos dice que estos sacrificios eran hechos durante las fiestas, mensualmente, y aun diariamente, 2 Crónicas 7:5 incluso dice que en un punto se sacrificó “veintidós mil bueyes, y ciento veinte mil ovejas” durante la dedicación del templo. Todos estos sacrificios sin embargo, era tan solo una sombra de un sacrificio más eficaz y último que vendría años más tarde, Cristo.
Segundo, el sacrificio de Cristo fue el mejor y más perfecto. Se ha preguntado alguna vez ¿Cuánta sangre de Jesús hubiese sido suficiente para salvar al mundo? La respuesta va a depender de quién cree usted que fue Jesús. Si cree que fue un hombre como todos, entonces aun toda su sangre no hubiese bastado. Sin embargo, Jesús fue un hombre sí, pero un hombre perfecto y sin pecado. Y no solo eso, sino que también fue el hijo de Dios. ¿Qué tan valiosa sería su sangre? Invaluable, tan solo una sola gota hubiese bastado. Sin embargo, Jesús al ser latigueado y crucificado desangró más de una gota. Con toda esa sangre hubiese bastado no solo para salvar a este mundo, sino a un millón de universos enteros.
Tercero, la sangre de Cristo nos limpia nuestros pecados. La Biblia dice que al poner nuestra fe y creer que este evento de la crucifixión pasó y sirvió para limpiarnos de nuestros pecados, somos completamente perdonados. Cuarto, la Biblia nos enseña que Jesús puso su vida voluntariamente, porque quería vernos perdonados. No dejes entonces que esta Semana Santa sea una semana más. Date tiempo para meditar en lo que la muerte de Cristo significa ¿Cómo hacerlo? Proponiéndote esta semana leer uno de los cuatro evangelios ¿Quién acepta el reto?