Sabio o necio

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¿Qué es lo opuesto a la sabiduría? La necedad. Pero ¿cuál es la diferencia entre la necedad y la sabiduría? Según la Biblia, el necio hace las cosas al revés. Le gusta tener la boca abierta, pero la cabeza cerrada, es decir no piensa mucho (Prov. 18.2). Por esta razón, siempre se mete en problemas cuando abre su boca, ya que nunca piensa antes de hablar (Prov. 10.14). El necio tampoco acepta sus errores, nunca está mal, es una persona “perfecta” (Prov. 12:15).
El necio es también una persona que cuando se enoja, siempre se lo hace saber a todos (Prov. 12:16), es una persona que maquina el mal (Prov. 24:9), y que como no piensa mucho, sigue cayendo una y otra vez, en los mismos errores mugrientos. (Prov. 26.11). Por otro lado, según la Biblia, el sabio mantiene su boca cerrada y su cabeza abierta para así poder aprender más (Prov. 1.5). Escucha el mandamiento de Dios y lo sigue, no lo desprecia (Prov. 10:3). El sabio aprende de sus errores (Prov 14:16), y tiene bajo control todos sus impulsos, incluyendo la ira (Prov. 16.14). Finalmente, el sabio sabe discernir bien los peligros (Prov. 20:1), es buen administrador y por eso nunca le falta nada, no es que es rico, sino que sabe administrar muy bien lo poco o lo mucho que tiene (Prov. 21:20). ¿Con cuál de los dos te identificas más tú, la sabiduría o la necedad? Uno de los beneficios de ser salvos, es que ya no vamos camino al infierno. Pero otro de esos beneficios, según el versículo de hoy, es que si nos falta sabiduría, Dios está deseoso de dárnosla. ¿Te hace falta sabiduría? Supongo que a todos nos hace falta por lo menos un poco más, especialmente en momentos caóticos, cuando nada parece tener sentido, o todo parece estarse derrumbando. ¿Qué tan sabio has sido estos últimos días con lo que has pensado, hecho, sentido, administrado, escrito en las redes sociales, o has maquinado en tu corazón? “Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios…y le será dada”. ¿Qué estamos esperando?