Valorando la autoridad

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“Todos los que están bajo el yugo de esclavitud, tengan a sus amos por dignos de todo honor, para que no sea blasfemado el nombre de Dios y la doctrina”. 1 Timoteo 6:1

Se dice que había de entre 50 a 60 millones de esclavos en todo el imperio romano. En esos días uno llegaba a ser esclavo por distintas razones, por deudas, por necesidad, por ser vendido, por ser una herencia, por nacimiento etc. Ser un esclavo era ser considerado una simple herramienta de trabajo, y no un ser humano. Increíblemente, es en medio de toda esta “cultura de esclavitud” que el apóstol Pablo da un mandamiento a los cristianos esclavos, que suena más a locura, que a cualquier otra cosa. Pablo les dice, que traten a sus amos como dignos de todo honor. Esto debe haber sonado muy extraño en aquellos días, pero aún más en nuestro tiempo.

Escuchar que debemos respetar a nuestras autoridades, sean estas nuestros padres, profesores, amos, jefes, o presidentes, aun cuando estos abusan de nosotros, no suena muy bien. Suena a locura, masoquismo, o como algo inhumano, pero no como un buen consejo. Pero ¿Por qué Pablo manda esto? ¿Quiere Pablo que vivíamos siempre oprimidos sin derechos, y siendo abusados? No. La palabra honor (τιμη) tiene la idea de “valorar algo valioso”. Pablo no está enseñando aquí entonces que la esclavitud es buena, sino más bien que los amos tienen un valor intrínseco, o propio. ¿Qué hace que esos amos tengan valor? El estar creados a imagen y semejanza de Dios. Este es un valor que lo tiene todo ser humano, un feto, un anciano, el esclavo, el amo, la prostituta, el homosexual, pastor y el doctor. Pero hay más, Pablo dice que los esclavos no solo deben honrar a sus amos porque en sí mismos son valiosos, sino para que la gente no blasfeme el nombre de Dios. Es verdad que las autoridades a veces son abusivas, y para estas ocasiones la Biblia nos permite apelar, pero no rebelarnos y faltarle el respeto a la autoridad. Si es que hemos de “reclamar” lo que creemos es nuestro derecho, o es lo justo, recordemos entonces que todavía somos cristianos. Y a nosotros se nos ha llamado valorar a nuestra autoridad, para que el nombre de Dios no sea blasfemado. Cuida entonces lo que dices, los memes que publicas, lo que haces, y lo que piensas cuando no estás de acuerdo con la autoridad. La rebeldía y la falta de respeto no es el camino bíblico. El camino bíblico es valorar a la autoridad, y cuidar que no estemos blasfemando el nombre de Dios con nuestra conducta.