Manolo Galván (Manuel José Galván) el cantautor español-argentino que en la década de los 80 grabó la canción “Hijo de ramera”, en la que exalta el privilegio de tener un hijo, aunque sea producto de una violación. Hoy tan solo después de tres décadas y media hay gente que pide tener la potestad de decidir sobre esa vida, de si permitir que continúe con vida o no. En este artículo me permito transcribir el texto de la canción:
«Madre hoy no me levanto, no quiero ir a la escuela.
Que estás diciendo mi niño, ya santo de qué te niegas.
Ayer Pedro el del alcalde me llamo hijo de ramera.
La madre queda pensando en recuerdos y en vergüenzas.
Sabía que pasaría, lo sabía con certeza.
Hijo debo contarte una historia que paso hace unos años muy cerca.
En un pueblo junto a este vivió una hermosa doncella.
Que tenía 15 años y una belleza muy fresca.
Se bañaba junto al río en un rincón de la alberca.
Un día 3 motos llegan, para sin ser vistos verla.
Se excitan ante esa flor rebosante de pureza.
Y entre los 3 y a la fuerza destruyeron en la niña.
La más grande de sus prendas.
Y de aquel salvaje acto lleno de horror y violencia.
Saliste tu mi buen niño para alegrar mi tristeza.
Solo viví para ti, no me entregue fue a la fuerza.
Y si eso es una ramera que venga Dios y lo vea.
Vete a la escuela mi niño, pero vete sin vergüenzas.
Con la cabeza bien alta y subidito a la acera.
Si madre voy a la escuela y si a Pedro se le ocurre
Le escupiré la cara.
Madre muchas gracias por ser una madre entera»
Al ver la realidad moral de esta hermosa canción, debemos preguntarnos: ¿Qué está pasando con nuestra cultura?