“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”. Hebreos 12:2
El estrés es una condición muy común en nuestros tiempos. Pero ¿sabías que también era muy común en los tiempos bíblicos? Personajes como Abraham, Moisés, Elías, Job y otros experimentaron estrés durante toda su vida. Aun el mismo Señor Jesús lo hizo mientras oraba en el jardín de Getsemaní. Según los expertos, mientras Jesús oraba esa noche en Getsemaní, Jesús experimentó lo que se conoce con el nombre de hematidrosis, una condición por la que pasan las personas que están bajo un alto grado de estrés psicológico. Lo que sucede es que “la ansiedad severa [en estas personas] provoca la secreción de químicos que rompen los vasos capilares en las glándulas sudoríparas. Como resultado [de esto], hay una pequeña cantidad de sangrado en esas glándulas y el sudor que sale se mezcla con esa sangre…dando la impresión de estar sudando sangre”. No todas las personas pueden alcanzar este grado de estrés, la mayoría entrarían en pánico o se desmayarían antes de llegar a este punto. Sin embargo, algunas sí llegan a este punto, y Jesús fue una de ellas. Sabemos entonces que Jesús experimentó estrés, pero las buenas noticias son que él nunca dejo que ese estrés lo dominara o lo paralizara. ¿Cómo lo hizo? La cura o la respuesta al estrés la tenemos en el versículo de hoy el cual nos enseña que Jesús enfrentó el estrés de la cruz enfocándose en el gozo que le esperaba por delante. ¿Estas estresado? Mira hacia el gozo que te espera por delante, y el gozo que ahora mismo ya tienes. Recuerda por ejemplo que ya tienes un cielo, eternidad con Dios, amigos en Cristo, salvación del infierno, una herencia perpetua, y muchas cosas más por las cuales estar gozoso. El estrés en sí no es algo pecaminoso, lo que sí es pecaminoso es dejarlo que controle nuestra vida como si fuera Dios. Solo hay un Dios que debe controlar nuestra vida, y ese no es el estrés. ¿Estas estresado? No dejes que eso te robe el gozo en tu vida. Haz lo que hoy tienes que hacer, hazlo con gozo y hazlo bien, no enfocándote en el estrés sino en lo que ya tienes en Cristo.