Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, … Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. (Mt. 20: 25-28)
Jesús en este pasaje nos muestra que a través de la historia no siempre los gobernantes han estado listos para servir, sino más bien para ejercer potestad y control sobre los demás. Si nuestros candidatos en estas elecciones están participando solo para sentirse grandes como dice el texto bíblico, y mas no están conscientes de que la tarea principal es el servicio a los demás; entonces no tienen la madurez que necesitan y por lo tanto su actuar en el cargo será un fracaso. Y es que cuando se pierde el propósito del servicio lo que queda es siempre una motivación egoísta como el de aprovechar la oportunidad para enriquecerse o el de dar a otros esa misma oportunidad de sacar provecho.
Como votantes, al contemplar la gran cantidad de candidatos debemos preguntarnos: ¿Se han dado cuenta todos los candidatos de la realidad económica, social y moral que estamos viviendo, y por lo tanto están anhelantes de producir cambios para bien? Y por el otro lado, los candidatos deben clarificar sus motivaciones y buscar que el anhelo de sus corazones sea el servicio, como Jesús lo expresa.