Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? (Jn. 3:5)
La pregunta que evalúa si soy un cristiano o un religioso es la siguiente: “¿Hacemos cosas buenas porque somos buenos, o para ser buenos?”. Los religiosos se esfuerzan en hacer buenas cosas con la intención de impresionar a Dios y de esta manera recibir Su aprobación. En cambio los cristianos tienen una posición diferente como lo expresa el escritor C.S. Lewis: “Los cristianos piensan que cualquier bien que hagan proviene de la vida de Cristo en su interior, no creen que Dios nos amará porque seamos buenos, sino que Dios nos hará buenos porque nos ama, del mismo modo que el tejado de un invernadero no atrae el sol porque es brillante, sino que se vuelve brillante porque el sol brilla sobre él. Y quiero dejar bien claro que cuando los cristianos dicen que la vida de Cristo está en ellos, no se refieren simplemente a algo mental o moral. Cuando hablan de que Cristo está «en ellos», esto no es sólo un modo de decir que están pensando en Cristo o imitando a Cristo. Lo que quieren decir es que Cristo está de hecho obrando a través de ellos”.
Con Cristo apareció la posibilidad de experimentar el nuevo nacimiento, tal como lo expresa en éste pasaje Jesús a Nicodemo, y cabe mencionar que si no nacemos de nuevo no podremos entrar en la vida eterna, sino que después de éste corto periodo de tiempo experimentaremos la condenación eterna. Es por esto que Dios quiere que esta nueva clase de vida la recibamos y para esto envió a Su Hijo con la finalidad de tomar el pecado del mundo, cargarlo sobre sus hombros como que Él mismo los ha cometido y recibir la condenación que éste merece. Es por esto que podemos recibir la vida de Dios en nosotros cuando al creer en la obra de Cristo por nosotros llegamos a ser limpios delante de Él.