… ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. (Ro. 13:3,4)
Todos quienes estamos familiarizados con la esclavitud que se practicaba en el pasado ya sea en imperios o colonias o, la esclavitud en Norteamérica, nos causa rechazo y repudio a tal práctica. Y cada vez que hoy, lo leemos o vemos a través de una película sentimos de nuevo ese mismo repudio. Sin embargo la esclavitud es un mal que está sembrado en el interior de la realidad humana, y es por esto que, esta práctica aparece con tanta frecuencia en nuestra historia.
Es verdad, que en el momento actual ya no se practica la esclavitud como lo hemos visto en el pasado, sin embargo está presente y únicamente ha cambiado de estilo, ya que al examinarlo cuidadosamente vamos a descubrir que estamos experimentando una esclavitud que no tiene límites. Pero, ¿Cómo podemos ver esta clase de esclavitud? Veamos lo siguiente: Hace tan solo tres décadas la población en general gozaba de confianza, por cuanto no tenían que llenar una cantidad de formularios y papeles solo para demostrar que son honestos, verdaderos e íntegros. Pero hoy, aunque solo haya sido el 1% de la población que ha hecho trampa, o ha actuado maliciosamente; todos tenemos que demostrar que no fuimos nosotros, y para esto, tenemos que someternos a pruebas psicológicas, declaraciones juramentadas, documentos notariales y muchas cosas más. Sin embargo si el gobierno haría el papel que le corresponde, el mismo que por siglos ha sido el trabajo de castigar al que hace lo malo y promover al que hace lo bueno, no estaríamos en esta esclavitud sin precedentes.
Esta clase de esclavitud no tiene límites por cuanto los entes de control crecen cada día más y más y justifican su existencia a tal punto que llegan a convertirse en indispensables. No es extraño para quienes tenemos “nuestra edad” el ver que en una oficina pública donde antes había un escritorio hoy se han multiplicado los mismos, y cada burócrata exige pronto cumplimiento so pena de grandes y nefastas consecuencias.