Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? (Mt. 16:26)
Cada vez que prendemos el televisor o abrimos el internet o un diario, somos bombardeados con el evangelio del comercialismo, que para cada necesidad, cada inseguridad, cada preocupación, existe un producto a la venta que puede satisfacer nuestra necesidad. A medida que se va desarrollando la publicidad moderna, se puede observar que sencillamente se traduce la necesidad espiritual del hombre a un escenario comercial, proveyéndole el materialismo de una manera engañosa la satisfacción a las necesidades espirituales más profundas, tomando el lugar de “redentor” y adormeciéndole hasta pensar que únicamente con lo material todas sus necesidades están satisfechas.
Esta necesidad inherente de redención se originó en el pensamiento de un reconocido filósofo del siglo XVIII, Friedrich Hegel. Hegel postuló que todas las cosas que existen en el mundo se convierten en una serie de etapas a través de las cuales pasa el mundo en el curso de la historia, es decir, todo se mueve de un peldaño a otro en un “progreso interminable” hacia la perfección.
Así fue como los filósofos y los grandes pensadores se volcaron a descubrir el cielo terrenal, “el medio de redención”. Por ejemplo, siguiendo la dialéctica de Hegel, Karl Marx hizo una histórica propuesta política de redención, con el fin de crear un cielo puramente humano aquí en la tierra, el mismo que consistía en que el proletariado debía levantarse contra el capitalismo burgués y eliminar la propiedad privada. En otras palabras, Marx postuló la rebelión como la única forma de redención para el hombre.
A pesar de que la filosofía marxista ha sido ampliamente desacreditada dentro del campo político, aún está presente en el pensamiento de occidente y sigue siendo muy popular. La principal razón de este fenómeno radica en que el marxismo, aunque es una visión distorsionada del reino de Dios, su filosofía apunta a satisfacer la necesidad religiosa que cada hombre tiene a través de lo material; y de esta manera muchos siguen durmiendo el sueño del que solo despiertan cuando pasan de este mundo. Es por esto que es inminente que despertemos mientras estemos vivos.