¿Por qué no se ha vendido este perfume por el equivalente al salario de trescientos días, para ayudar a los pobres?…. Jesús le dijo: Déjala, pues lo estaba guardando para el día de mi entierro. A los pobres siempre los tendrán entre ustedes, pero a mí no siempre me tendrán. (Jn. 12:5-8)
Quien podría afirmar que no es bueno dar a los pobres. Pero si alguien lo dice, será tildado como una persona de malos sentimientos, y que no tiene compasión alguna. Es muy fácil obtener el dinero de otros usando la fórmula de que si das para los pobres eres una buena persona; sin embargo en este texto vemos que Jesús corta con el altruismo de Judas, al permitir que esta mujer manifieste un amor verdadero al derramar este perfume costoso sobre una sola persona, y no dejarlo para los pobres. Esto no significa que Jesús no quería hacer nada por los pobres, al contrario El siempre proclamó que todos trabajen con sus manos para que tengan que compartir con los más necesitados, pero lo que Jesús nos aclara en este texto es que el dar debe nacer de un corazón que ama.
Por lo tanto cometemos un gravísimo error al pensar que el problema fundamental de la humanidad es la pobreza, y que una vez corregido éste problema tendremos un cielo en la tierra. La historia nos ha mostrado lo frustrante que es el resultado de esta manera de pensar, ya que después de intentar erradicar la pobreza basados únicamente en el altruismo humano, se descubre la fea sensación de que hemos estado “rascando donde no pica”. Pero al contrario cuando se ataca el problema fundamental, el mismo que es el pecado y la persona llega a un genuino arrepentimiento, entonces el fruto de ser una persona perdona es el amor, y el amor no es calculador sino extravagante, por cuanto está dispuesto a dar sin medida lo que es suyo; en cambio el altruista aunque puede ver la necesidad del prójimo le cuesta dar de lo que es suyo, y es por esto que se convierte en un buen repartidor de lo que no es suyo, auto engañándose de que de esta manera está amando al prójimo.