Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. (Mt. 6:6)
Muchos cristianos reciben a Jesús como alguien que puede salvarlos y ayudarlos, pero no como a alguien que anhela tomar el control de sus vidas; es por esto que piensan que tienen el derecho sobre un millar de asuntos para hacer lo que bien les parezca. Hablan mucho acerca de lo que les gusta, hacen lo que les agrada, usan sus propiedades y posesiones según les place; en definitiva son sus propios amos.
Y es que es tan difícil depender en todo tiempo del Señor. Estamos acostumbrados a manejar nuestras vidas, porque así lo aprendimos desde muy temprano. Especialmente si el historial de nuestras vidas ha estado marcado por el dolor y el rechazo, que dicho sea de paso es lo que en menor o mayor medida nos ha tocado vivir a todos. Entonces no debe de sorprendernos cuan expertos nos hemos vuelto en cuidarnos y defendernos a nosotros mismos que, si alguien nos dice que no debemos de preocuparnos tanto, ya que Dios nos cuidara, decimos que está bien siempre y cuando primero agotemos todos nuestros recursos en cuidarnos y defendernos. De igual manera cuando escuchamos que debemos dejar todo en las manos de Dios frente a las diferentes circunstancias de la vida, lo primero que aparece es nuestra autosuficiencia, sugiriéndonos toda clase de oportunidades que debemos hacer para salirnos de los aprietos, a tal punto que ni siquiera pensamos en la forma que Dios tendría para sacarnos de ellos, y menos aun en ir a Él y consultarle lo que debemos hacer.
Es por esto que debemos de saber que Dios nos hizo para funcionar con El, nos inventó del mismo modo que un hombre inventa una máquina, por ejemplo: Un carro está hecho para funcionar con gasolina, y no funcionaría adecuadamente con ninguna otra cosa. De la misma manera el combustible con el que funciona el espíritu humano, la comida que necesita constantemente, es Dios. ¿Has entrado en tu cuarto y has hablado con Él?