“Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano”. Mateo 18:15
Jesús nos dice dos cosas muy interesantes en este versículo. Primero, que cuando un hermano (un cristiano) ha pecado en contra nuestra, somos nosotros los que debemos ir a encarar al hermano. Sin embargo, es importante que antes de ir, estemos seguros de que el hermano realmente ha pecado en contra nuestra. Porque recuerde: pecado NO es lo que YO digo que es pecado, sino lo que Dios dice que es pecado. Así que, no puedo ir a encarar al hermano solo porque no le gusta mi peinado, eso no es pecado. Pero si es que el hermano a mentido en contra mía, entonces sí ha pecado. Pero hay algo más que es importante notar en este versículo. Jesús dice, “si te oyere, has ganado a tu hermano”. El punto de ir a encarar al hermano no es ganar el argumento, saciar mi sed de venganza o justicia, sino ganarlo.
El matrimonio es un buen ejemplo de esto. Si es que mi esposa ha pecado en contra mía, y yo voy justamente a reclamarle. Puede que yo gane el argumento, pero que también termine durmiendo con el perro. Que saco yo ganando el argumento, si es que a la final mi esposa y yo vamos a terminar más distanciados.
Antes de ir entonces, recuerda que no estamos yendo por causa nuestra, sino por causa del hermano. No para yo quedar bien, sino para que él este bien.