“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. Génesis 1:27
Mucha gente al leer este versículo se queda tan solo con la primera parte (Y creó Dios al hombre a su imagen), pero completamente olvidan la segunda (varón y hembra los creó). Y tristemente, es por no entender esta segunda parte, que muchas de nuestras familias se están destruyendo.
Es verdad que Dios nos creó a todos (hombre y mujer) a su imagen y semejanza. Lo cual quiere decir, que todos somos iguales en importancia, porque todos llevamos Su imagen. Pero la Biblia no solo dice eso, dice también que nos creó como “varón y hembra”, es decir nos creó diferentes. Por lo tanto, hombre y mujer son iguales en importancia, pero no son iguales en sus roles, porque como es obvio, un hombre y una mujer no están diseñados para los mismo. Pero esto es algo que al mundo no le gusta escuchar. Al mundo le parece ofensivo que digamos que los hombres y las mujeres tienen diferentes roles. Sin embargo, si una familia va a funcionar como Dios quiere, debe reconocer que hay diferentes roles. Como en cualquier otra cosa, puede que las partes están allí, pero si estas partes no están en el lugar que les corresponde, de poco o nada sirve. En una orquesta sinfónica, todos los músicos pueden estar allí, pero no es hasta que cada uno hace lo que debe hacer, que la buena música comienza a fluir. Así que, si no hay buena música en tu casa, es hora de afinar tu instrumento, es hora de comenzar a cumplir tu rol. El funcionamiento de una familia no depende de tener una casa, un carro, dinero etc. porque aun teniendo todo esto, la familia puede ser un desastre. El funcionamiento de una familia depende enteramente de cuan bien cada uno esté cumpliendo el rol que le corresponde.