“Mientras [Jesús] aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro [Jesús]?” Marcos 5:35
La Biblia nos cuenta que un día un hombre principal de la sinagoga vino a Jesús para que le ayudase con su hijita moribunda. Jesús accedió, y mientras iba ayudar a esta niña, tuvo que detenerse para lidiar con otro asunto. Y aunque Jesús no se demoró mucho, es precisamente durante ese momento que la niña murió. Vinieron entonces algunos de la casa, y le dijeron al principal de la sinagoga que ya no “moleste” más a Jesús, porque su hija había muerto.
La palabra griega “molestar” (σκύλλω) significa también “causar problemas”, “fastidiar”, e “importunar”. Esto nos dice que el hombre no se había mantenido callado durante todo este tiempo. La paciencia se le había agotado, y por eso le estaba “molestando” a Jesús una y otra para que no se demore. Pero Jesús le iba a enseñar, que tenemos que aprender a ser pacientes, aún en las situaciones más críticas. Paciencia en la Biblia es una palabra que lleva consigo la idea de “saber esperar y resistir la provocación por largo tiempo, sin desmoronarse, y sin vengarse”. Esta es una de esas virtudes de las cuales ya no se habla, pero que las Biblia nos llama a cultivar. Y no hay manera de cultivar esta virtud, sin pasar por momentos difíciles en la vida. Esta es una lección que algunos de nosotros tenemos que aprender. Muchas veces, no es que Dios no venga ayudarnos, es que ya nos está ayudando primero, incrementando nuestra paciencia. Así que recuerda entonces, paciencia es saber esperar, y saber resistir. Y Dios siempre está ayudándonos adquirir esta virtud, por medio de la dificultad.