“Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas, que quiere decir, Pedro [roca]). Juan 1:42
Cuando Jesús encontró a Pedro, una de las primeras cosas que hizo fue cambiarle el nombre de Simón, a Pedro. Pedro significa roca. ¿Por qué Jesús haría esto? Parece que Jesús estaba viendo en Pedro lo que él sería en el futuro, y no lo era en ese momento. En ese momento Simón era un cobarde, alguien que lo iba a negar. Pero después sería uno de los líderes fundamentales de la iglesia, sería una verdadera “roca”. Se dice que Tommy Lasorda uno de los entrenadores de los Dodgers (un equipo de baseball.) se interesó en un joven raquítico que recién había ingresado al equipo como un posible lanzador. Pero había un problema, este joven era extremadamente tímido, lo cual hacía difícil comunicarse con él. Lasorda vio en este joven el potencial, pero también el problema. Como solución, Lasorda decidió ponerle un apodo. Desde ese momento el joven flaco y tímido sería llamado por Lasorda y todo el equipo, “Bulldog”. Cuando le preguntaron a Lasorda por qué le dio un apodo que no concordaba con lo que el joven era, Lasorda dijo que le había dado al joven el apodo de lo que algún día sería, y no lo que era en ese momento. Con el tiempo este joven, Orel Hershiser, se convertiría en uno de los mejores lanzadores de su época.
Lo mismo sucede con Dios y nosotros. Al igual que con Pedro, Dios no nos escoge porque somos los mejores, los más guapos, o los más inteligentes. Sino porque hay potencial en nosotros. Un potencial que sale con esfuerzo y con tiempo. Así que no te desamines si es que hoy no eres lo que piensas que deberías ser. Si sigues caminando fielmente junto a Dios, verás lo que, con un poco de esfuerzo y tiempo, Dios es capaz de hacer con, y por medio de un pecador redimido como tú, y como yo.