“Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová”. Salmo 27:14
En el mundo de hoy es difícil aprender a esperar, ya que todo parece estar diseñado para obtener “gratificación instantánea”. Gracias a la tecnología las tiendas nos dan el mismo día lo que queremos con tan solo hacer clic en su página web. Los restaurantes entregan comida a domicilio en 15 o 20 minutos. El taxi viene a la puerta de nuestra casa lo más pronto posible, etc. Claro, todo esto es bueno, pero tristemente también nos ha vuelto impacientes. Creemos que todo debe ser así y por lo tanto se nos hace difícil esperar.
El versículo de hoy, sin embargo, nos recuerda que Dios no es movido por la tecnología o por nuestro sentido de gratificación instantánea. No podemos mover a Dios a darnos lo que queremos en el momento que nosotros queremos. Mas bien tenemos que aprender a esperar, y hacerlo todo en Su tiempo. Una joven que crece con el deseo de tener hijos puede hacerlo, pero tiene que esperar a estar casada. Si lo hace antes, ella demostraría que nunca aprendió a esperar en Dios. Se dice que, si vivimos 70 años: habremos pasado 20 años durmiendo, 20 trabajando, 6 comiendo, 7 jugando, 5 vistiéndonos, 3 años esperando por alguien, y 5 meses atándonos los zapatos. Es decir, mientras estemos en este mundo vamos a tener tiempo para hacer muchas cosas. Por lo tanto, asegúrate de no malgastar ese tiempo ¿Cómo? Haciéndolo todo en Su tiempo, en el tiempo de Dios. No seas impaciente. La gratificación instantánea puede que sea buena en algunos casos, pero no cuando hablamos de esperar en Dios.