“Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer”. Lucas 4:16
Este versículo nos nuestra una de las verdades que más pasamos por alto en la vida de nuestro Señor: que él también iba a la iglesia cada semana. Esto es algo que muchos creyentes parecen haber olvidado en cuanto a nuestro Señor, y en cuanto a ellos mismos.
Hay muchas razones por las cuales alguien diría que NO va a una iglesia. Pero déjeme darle tres por las que SÍ debería ir. Primero, porque esto nos hace más como Cristo. Todos nosotros los cristianos decimos que queremos ser más como Jesús, esa es incluso muchas veces nuestra oración. ¿En verdad quieres ser más como Jesús? Entonces levántate de la cama el domingo y anda a la iglesia. Segundo, ir a una iglesia no es una opción, sino nuestra obligación (Hebreos 10:25). Tercero, congregarnos es un privilegio porque es estar en la presencia de Dios. Muchos dirán “pero pastor con todo respeto, no tengo que ir a la iglesia para escuchar su sermón, hay mejores predicadores en el Internet”. Eso es verdad, hay muchos mejores predicadores que yo en este mundo, PERO eso no justifica su vaguería espiritual ni falta de compromiso y responsabilidad con su iglesia.
¿Cree que puede seguir siendo un buen creyente y nunca ir a una iglesia? ¿Qué le parecería si yo le digo que soy un estudiante, pero que nunca voy a estudiar en ningún lado, o que soy un escritor que nunca va a escribir, o que soy un actor que nunca va a actuar, o un músico que nunca va a tocar en algún o ningún lado? ¿Sería realmente lo que digo ser?