“Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”. Filipenses 1:21
La Biblia nunca dice que debemos “quedarnos abajo” sin superarnos, ser mediocres, nunca buscar un ascenso, estudiar una maestría, o superarnos en alguna manera. La Biblia más bien está interesada en que lo hagamos de la manera correcta por medio de la excelencia, y no como el mundo. Para el mundo, no importa como lleguemos a la cima, con tal que lo hagamos. Pablo por otro lado, nos enseña hoy que el camino a la cima es por medio de la excelencia. Y Pablo sabía muy bien lo que hablaba. Después de todo, recordemos que Pablo también llegó a la cima, llegó a ser el mejor teólogo después de Jesús, y el mejor misionero de todos los tiempos. ¿Cómo lo hizo? Buscando la excelencia. Y ¿Cómo buscar excelencia en la vida? viviendo para Cristo.
La ambición, el deseo, o la pasión más grande que tenía Pablo no era ser misionero, ser el primero, ser el mejor teólogo, deportista, o cocinero, sino vivir para Cristo. Y lo más increíble de todo esto es que: es el vivir y pensar de esta manera, lo hacía que surgiera la excelencia. Y esa excelencia, es lo que un día lo llevó a la cima. Llegar a ser el primero en la vida entonces es como nuestra sombra, si la perseguimos nunca la alcanzaremos. Pero si en lugar de eso seguimos al sol (Cristo), entonces la sombra siempre nos seguirá. RECUERDA, cuando nos preocupamos tan solo de llegar a la cima, no nos va a importar cómo lleguemos. Pero así piensa el mundo. Nosotros por otro lado estamos llamados a llegar por medio de la excelencia. Siguiendo no a la sombra, sino al sol. Viviendo para Cristo, lo cual trae excelencia y con el tiempo, también un puesto en la cima.