“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo…llenad la tierra, y sojuzgadla…” Génesis 1:27–28
Dos cosas tienen que notar aquí todos los activistas. Primero, que solo nosotros los seres humanos (no lo animales) fuimos creados a imagen de Dios. Esto quiere decir que fuimos creados con ciertas capacidades. Capacidad espiritual: somos capaces de tener una relación personal y única con Dios. Capacidad moral: somos capaces de poder discernir, aprender, y conocer lo que es bueno y lo que es lo malo. Capacidad intelectual: somos capaces de pensar y sacar conclusiones lógicas y racionales acerca de las cosas. Capacidad emocional: somos capaces de amar y de sentir como ningún otro ser en este planeta.
Segundo, estos versículos nos recuerdan que fue Dios quien creó o diseñó la estructura familiar para que empiece con un hombre y una mujer. ¿Qué significa todo esto para el activista? Por un lado, que los seres humanos no somos animales. El problema con mucho el activismo estos días es que eleva a los animales a nivel del ser humano. Pero esta idea como vemos es anti bíblica. Irónicamente aquellos que tratan de poner a los animales al nivel del ser humano, causan una reacción opuesta. Rebajan al ser humano, al nivel del animal. La solución a este problema no es subir al uno, o rebajar al otro. Sino recordar que como seres humanos estamos encargados de administrar correcta y buenamente este mundo, lo cual incluye a los animales. Por otro lado, este versículo también nos recuerda que Dios creó la estructura familiar para que empezara con un hombre y una mujer. No, dos hombres, dos mujeres, o cualquier otra combinación. ¿Quieres ser activista? Procura entonces defender activamente las verdades bíblicas, y no las mentiras del mundo.